Perfectos insoportables
Este podcast es posible gracias a Inusual, una comunidad de líderes que no solo hablan de cambio, sino que lo practican. Porque liderar no es hablar de transformación, Porque liderar no es hablar de transformación, es atreverse a encarnarla. Soy Xavier Marcel, y te doy la bienvenida a mi podcast.
Xavier Marcet:¿Cómo vamos a estar en contra de la perfección? Sería como estar en contra de la belleza, imposible. Otra cosa es que tomemos distancia de algunos perfectos, o mejor dicho, de aquellos que hacen ostentación de la perfección, de los que militan en un tipo de perfección que supone una narrativa implícita de superioridad ante los demás. En este sentido, estos perfectos podrían incluso llegar a ser un poco tóxicos. En cambio, los que combinan perfección y humildad son sencillamente sabios, pero alardear de perfección puede destruir equipos.
Xavier Marcet:Violentan la propia perfección al exhibirla, no crean espirales de aprendizaje, sino de distanciamiento. La perfección engreída pierde toda la gracia. En la empresa, a menudo, la perfección funciona más como aspiración que como culminación. Si habláramos de arte, seguramente, sería otra cosa. El management está lleno de metodologías que nacieron para la perfección y se toparon con la realidad.
Xavier Marcet:Hay un management que ve las empresas como máquinas, para ellos la perfección sería como una red de trenes en la que la puntualidad fuera más importante que el destino. Pero hay un management no mecanicista que sabe que la perfección no es fácil porque todo es dinámico y es complejo. En un mundo perfecto no habría riesgo, y las empresas sin riesgo no existen. Al management le gusta mucho la palabra excelencia, y para algunos se alcanzaría con la calidad total y todos sus legionarios de las ISO. Pero el único management excelente es el que humaniza las empresas.
Xavier Marcet:Lo excelente no siempre es la ausencia de fallos, lo excelente es tener propósitos consistentes y llevarlos a cabo razonablemente bien con talento y buena gente, gente buena, buena gente. La perfección, en cuanto a obras bien hechas, a promesas cumplidas con el cliente, a innovaciones memorables, es sin duda impresionante. Pero esa perfección es mejor con perfectos humildes que inspiran a su entorno, que con perfectos arrogantes que les friegan habilidades pluscuamperfectas a los demás. Y es que la perfección no es perfección, sino hay empatía. Hay mayor grandeza en Messi cuando cede un penalti que le han provocado a él, que cuando ejecuta al penalti por una escuadra y de un modo imparable.
Xavier Marcet:La perfección también tiene este componente de autoridad. Sin contar con los demás, esa perfección incólume nos parece una perfección artificial. Un ERP, esos sistemas de información que llevan la gestión integral de una empresa casi a un modo autoritario, solamente son perfectos en un mundo perfecto y previsible, pero el mundo de los de los clientes, de los profesionales, el mundo de las empresas no es así. Hay contradicciones, se cultivan rarezas, no siempre dejan que la razón se imponga la emoción. Los perfectos creen en la planificación perfecta, en la calidad total y en ser cinturones negros de Six sigma como mínimo.
Xavier Marcet:Y todo esto no está mal, pero lo importante muchas veces en un equipo no es la perfección elevada categoría de filibrana, sino un conjunto de sincronías suficientemente efectivas que solamente pueden nacer del compromiso. Ya en los años 80, Henry Mintzberg, que es una persona a la que a la que admiro, nos alertó sobre esos planes estratégicos perfectos. La mayoría de los planes son un éxito si llegan a aplicar al 10 por 100 de lo que proponían y, sobre todo, si saben gestionar bien estrategias emergentes y el otro 90 por 100 que era imprevisible cuando se redactaron. Hay también un artículo muy interesante en 2014 de Roser Martin en la Harvard Business Review que va por va por aquí, va exactamente. La perfección está más cerca de la consistencia que del éxito perfecto y fulgurante.
Xavier Marcet:Se encuentra más próxima a trayectorias consistentes que a fogonazos de de negocio. ¿Cuánta perfección hay en un emprendedor que se equivoca? Pues, aprende del error, rectifica y, finalmente, crece. Es un camino hacia la perfección muy sinuoso, muy plagado de fracasos. ¿Dónde hay más perfección en Toyota?
Xavier Marcet:¿Catedral del management moderno? O o en vez de Toyota, hay más protección en Tesla, y lo que fue capaz de irrumpir el sector del automóvil, y después esta perfección de Tesla se diluyó con las ostentaciones y las derivas políticas de su fundador, ¿dónde está? ¿Dónde está la perfección? Lo que hace a las empresas admirables es su ponderación y su consistencia a lo largo del tiempo, y su capacidad de aprender. Por ello me acuerdo mucho del profesor Petersen de la Universidad de Columbia cuando habla más de Strategic Learning que de Strategic Planning.
Xavier Marcet:Y esta capacidad estratégica de aprender es lo que permite que algunas empresas se mantengan, sobrevivan, crezcan, como la propia Toyota. Prefiero una comunidad de talento que una comodidad de perfectos, súper perfectos pluscon perfectos. El talento no necesita ser siempre perfecto, muchas veces se permite explorar y muchas veces en su proceso de adaptación no acierta a la primera. No son perfectos de entrada, pero son consistentes en sus aprendizajes. Nokia es una empresa que ha acertado muchísimo, muchísimo, pero ha tenido algún error clamoroso en su larga historia.
Xavier Marcet:Está del sector forestal, el del caucho, el del cable y el de las telecomunicaciones. Pero Nokia, en sus momentos muy buenos y sus momentos muy malos, es un tipo de empresa que transmite capacidad de adaptarse, de recomponerse y volver a crear proyectos de alto impacto global. Le puede haber fallado el stategic planning, pero creo que son buenos en stategic learning. Muchas veces las grandes lecciones empresariales no están exentas de imperfecciones en su proyecto en su voluntad de crear algo auténtico, algo genuino. Creo, ya lo saben, ya me conocen, que el mejor ejemplo que tenemos Europa es la historia de Olivetti, que es la la creación de un gran modelo de empresa humanista que sucumbe ante una lógica ajena al ecosistema europeo cuando nace el mundo digital.
Xavier Marcet:Miren, yo soy el primero que como cliente o como socio detesto las imperfecciones ajenas y me avergüenza de las propias. La voluntad de hacer las cosas bien y de apostar por la calidad está fuera de dudas, pero gusta me gusta más la perfección que los perfectos. Ver a esa gente que no duda nunca ni que siempre pontifica avalados por ejecutar operaciones impolutas, me parece que resuelve un tipo de problemas, pero que crea otros. La condescendencia de los pulos y los perfectos siempre me pareció peligrosa. Creo más en esos equipos donde nadie se cree más que nadie, pero que juntos pueden llegar a crear cosas extraordinarias a pesar de sus imperfecciones, simplemente, porque la fuerza de sus complementaridades es superior a la de sus falencias.
Xavier Marcet:Adoramos la perfección,
Xavier Marcet:pero a menudo aborrecemos a los
Xavier Marcet:perfectos.
Xavier Marcet:Liderar es asumir la complejidad sin miedo a la incertidumbre. Es entender que lo importante es crecer haciendo crecer. El management humanista no es una teoría bonita, es una práctica exigente. Menos artificio, más autenticidad. Menos procesos vacíos, más propósito real.
Xavier Marcet:Este podcast existe porque en inusual sabemos que el liderazgo nos enseña, se vive. Seguimos en el próximo episodio.
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