El humanismo no es buenismo

Xavier Marcet:

Este podcast es posible gracias a Inusual, una comunidad de líderes que no solo hablan de cambio, sino que lo practican. Porque liderar no es hablar de transformación, es atreverse a encarnarla. Soy Xavier Merced, y te doy la bienvenida a mi podcast. Humanismo no es buenísimo. El humanismo no es buenísimo, no hay que confundir los términos.

Xavier Marcet:

Herman es Benhumanista defiende que toda organización, especial si hablamos de una empresa, debe dar resultados, pero no de cualquier manera. Debe dar resultados, pero no de cualquier manera, no aportando a las personas, no orillando a las personas, no faltando al respeto de la dignidad, no. Pero eso no significa que este manishment humanista proponga la tolerancia infinita ante los comportamientos impropios, insolidarios, de personas que todas tienen sus derechos y sus obligaciones. El manishment humanista enfatiza la centralidad de las personas en este momento de gran proliferación de las tecnologías, y para ello, de algún modo, este manishment humanista intenta combatir 4 situaciones. Primera, aquí en la que se colculca la dignidad de las personas, pues por razón de género, por razón todavía, por razón de edad, cada vez cada vez más, o por razón de raza o de lo que sea, No, las empresas deben ser espacios donde se preserve la dignidad de la gente de un modo especialmente activo.

Xavier Marcet:

Segunda situación, evitar que los tóxicos impongan su ley y ocupen el nivel que ocupen a la organización o si están en los sindicatos o están en el consejo de administración, donde esté, los tóxicos son tóxicos y son devastadores. Destrozan la convivencia. Los tóxicos son los grandes proveedores de insomnio. Los tóxicos son aquellos, acordaros de lo que decía Einstein, Einstein decía es maravilloso, y se decía que los tóxicos son esa gente que tiene un problema para cada solución. El humanismo pretende atajar la toxicidad.

Xavier Marcet:

Tercera situación, aquella situación en que algunas personas impiden el crecimiento de los demás, ya sea por interés, o sea, ya sea por estupidez, sin sacar provecho de ello. Acuérdense siempre del libro aquel sobre la estupidez de Carlo María Chipula, es es imprescindible, Me alegro manantropo, acuérdense. Empresa debe ser un espacio para crecer haciendo crecer, no para crecer a costa de los demás. Cuarta situación, el management humanista promueve el equilibrio entre personas y máquinas para alcanzar una competitividad inclusiva. Es decir, una competitividad real real, pero compatible con equilibrar la ecuación personas máquinas a favor de las personas, que es lo único sensato.

Xavier Marcet:

El management humanista defiende la competitividad con límites. Sí, sí, con límites. No todo vale. Hay que sobrevivir como empresa, esto no lo discute nadie y, además, es muy difícil, pero no todo vale. ¿Y este manishmen humanista es una utopía?

Xavier Marcet:

Pues, sinceramente, creo que no, para nada. En el mundo de la empresa hay de todo, como el mundo de la política, como el mundo de las iglesias, como el mundo de las entidades. Aquí hay de todo. Por la experiencia les puedo decir que mis textos sobre humanista son el reflejo de situaciones, de decisiones, de miradas, de propuestas, de comportamientos que yo he encontrado en las empresas. ¿Todas las empresas practican el management humanista?

Xavier Marcet:

Hombre, por descontado que no, por descontado que no. Pero eso no nos va a impedir que continuemos trabajando para el management humanista que vacía. Volvamos, el humanismo no es buenísimo. Una empresa humanista nos han querido donde se puede importunar, no se puede importunar a aquellas personas que claramente no contribuyen a la comunidad. Entonces, no se puede decir nada a los aprovechados, a los que no trabajan, o aquellos que son insoludarios, ¿no?

Xavier Marcet:

Decirles, cantarles a las 40 no es ser menos humanista. Decirles a los tóxicos que lo corroen todo, es que no es ser menos humanista. Practicar, como decía Draker, la intolerancia con los intolerantes, no es ser menos humanista. El man es menos humanista promueve el respeto a las personas y trabaja para su dignidad. Pero esto no implica una especie de condescendencia exponencial, para que con los que no solamente nos suman, sino que con su actitud restan.

Xavier Marcet:

Es que el humanismo es equilibrio. El humanismo es entender el liderazgo más común servicio que cómo esta especie de compañerismo campechano, no, no, no. Oigan, mandar, mandar con determinación y desde el respeto no es ser menos humanista. Distinguir entre los que tienen talento y los que no no es ser menos humanista, hay que hacerlo bien, con respeto. Ser humanista no es justificarlo todo.

Xavier Marcet:

Aunque es normal, yo lo defiendo, que el humanismo sea una forma de entender las relaciones humanas, pues muy basada en la empatía, en la humildad, en la generosidad. Sí, el manesmen humanista es apostar por dar otra oportunidad, pero dar otra oportunidad no es caer en la ingenuidad infinita. El manesmen humanista no es una patente de corso para encubrir la indolencia, la arrogancia, o la desafección militante. ¿Manes menumannista? Simplemente intenta evitar lo que algunos parece que quieren, que es convertir las empresas en una especie de guarderías.

Xavier Marcet:

No. En un mundo donde competir autoimponiéndose límites, entiendo que no sea fácil defender los principios deormanista. Lo entiendo, algunos de mis clientes compiten a escala internacional con empresas asiáticas muy buenas, que tienen unas condiciones de trabajo, que vistas desde Europa, están completamente alejadas de nuestros usos corporativos habituales. No en Corea, si no voy a malentendido, tienen 5 días de vacaciones. En China tienen 15, dependiendo de los años de trabajo, como en Singapur, incluso en Estados Unidos.

Xavier Marcet:

Nuestro reto, ¿cuál es? Hacer empresas humanistas y competitivas, las 2 cosas. Este es el reto de Europa, Solo de derechos no viviremos, Hay que mantener los derechos y mantener la competitividad. Y para ello hay que ir un poco más allá de lo aspiracional, hay que poner calidad, compromiso, y una capacidad diferencial en todo lo que hacemos para que nos genere resultados. Pensar que podremos defender en Europa los derechos con inercia y con un buenismo generalizado, es un error garrafa.

Xavier Marcet:

No nos engañemos, defender las conquistas sociales europeas requiere de mucha inteligencia, de mucha innovación, de mucho coraje y de mucho esfuerzo. Este buenismo que relativiza la competitividad, para mí están las antípodas del manejen humanista. El buenismo convive bien con las excusas. El buenismo es esta ingenuidad o subterfugio ante el conflicto, es eludir las conversaciones difíciles y las decisiones complejas. Urbanismo es justificar con sofisticación, a veces una sofisticación que lo endulza todo.

Xavier Marcet:

El urbanismo piensa solamente en incentivos y olvida las responsabilidades. Pero una empresa sin exigencia de resultados es una empresa condenada. Una empresa extensión positiva. El buenismo acaba relativizando los resultados y esto simplemente acaba siendo demoledor. También lo es en el sector público, donde el buenismo es todavía más habitual, creo, Creo.

Xavier Marcet:

Y en muchas veces la tolerancia a los que no trabajan lo suficiente, ni muestran compromiso alguno, es lo vivido muchas veces, Acaba desesperando, es absolutamente desesperado para funcionarios que realmente son gente involucrada en dar servicios públicos de calidad y que viven el servicio público desde el fondo de su alma. Miren, el el humanismo se paga la compasión. El buenismo olvida pagar la cuenta. Estoy a favor de la compasión, pero hay que pagarla. El humanismo es más más autoexigente, ¿por qué?

Xavier Marcet:

Porque está comprometido con tener personas, tener empresas donde las personas no estén arrinconadas por las máquinas ni por las revistas del beneficio a corto plazo. No, no, no, no, el buenismo espera que los problemas se se diluya, lo fía todo a la motivación de las personas por parte de los demás. El buenismo no paga la cuenta. El verdadero humanismo no es diluir las responsabilidades de las personas, no es mirar a otro lado, es crear espacios de confianza compartida, donde se equilibran las aportaciones de las personas y de las empresas neurológica de crecer haciendo crecer a los demás. El humanismo más que el buenismo es lo que nos ayuda, definitivamente, a esquivar la mediocridad.

Xavier Marcet:

Liderar es asumir la complejidad sin miedo a es asumir la complejidad sin miedo a la incertidumbre. Es entender que lo importante es crecer haciendo crecer. El management humanista no es una teoría bonita, es una práctica exigente. Menos artificio, más autenticidad. Menos procesos vacíos, más propósito real.

Xavier Marcet:

Este podcast existe porque en inusual sabemos que el liderazgo nos enseña, se vive. Seguimos en el próximo episodio.

Creadores e invitados

Xavier Marcet
Anfitrión
Xavier Marcet
President Sarah Marlex | Founder and President en Barcelona Drucker Society
El humanismo no es buenismo