El Podcast de Xavier Marcet

Este podcast es posible gracias a Inusual, una comunidad de líderes que no solo hablan de cambio, sino que lo practican. Porque liderar no es hablar de transformación, Porque liderar no es hablar de transformación, es atreverse a encarnarla. Soy Xavier Marcel y te doy la bienvenida a mi podcast. Con sentido. Bueno, los profesionales necesitan una retribución acorde a lo que aportan.

Los empresarios necesitan que sus empresas ganen dinero si no quieren tener que cerrar. Hasta aquí hemos descubierto el Mediterráneo, ya lo sé. Pero lo que observo es que hay gente que en un momento determinado de su vida profesional o empresarial hace una especie de de clic, cambian de pantalla, su perspectiva profesional o empresarial cambia, y sin heroicidades, las cosas que van más allá de 1 mismo empiezan a pesar más, La forma de tomar las decisiones cambia. Los propósitos y los legados van tomando relevancia. Si el propósito y el legado son importantes, la relación con los demás cambia, seguramente, también al nivel de exigencia.

Se multiplica para con 1 mismo y para con los demás, no es tanto sumar, es multiplicar. La falta de autenticidad se hace cada vez más insoportable. Los mezquinos parecen más mezquinos. No se trata de ninguna conversión a una nueva fe. Se trata de dar sentido a la propia trayectoria.

Miren, 1 tiene que ganarse la vida, pero es mejor ganársela con sentido, y normalmente el sentido tiene que ver con algo más trascendente que desplomarse para hacer rico a alguien. Normalmente, no encuentro sentido a las alteridad, la belleza, o la excelencia. Es cierto que hay gente que nunca cambia de pantalla. Es respetable a la gente que quiere establecer una relación puramente instrumental con las empresas para las que trabaja. Nada que decir.

Hay muchos trabajos que no permiten demasiada poesía corporativa, por decirlo de algún modo, lo reconozco. Pero también es respetable la gente que quiere positivizar su vida profesional. La gente que quiere encontrar un sentido a dedicar muchas horas a un proyecto. Y si hay gente que son calculadoras andantes de su tiempo profesional, más que de sus aportaciones de valor, pues también hay gente que lo que quiere es una vida profesional en la que el valor que aporta, los esfuerzos que realiza, tengan sentido, y es obvio que todo debe tener un equilibrio en el plano retributivo o de los beneficios, es obvio, pero hay gente que es capaz de trascender y encontrar un sentido, y gente que no. Hay gente con sentido, más que gente consentida.

Una empresa consistente es aquella que los que quieren pueden encontrar sentido a su trabajo y desplegarlo. Lo Lo visto sin olvidar que una empresa es un territorio de tensión, en la que los clientes son un desafío cotidiano, y los mercados, un espejo de que a la competencia siempre acecha. Desarrollarse profesionalmente es encontrar sentido personal a lo que se hace colectivamente, es aprender y es operativizar lo aprendido, es poder influir en las decisiones colectivas de nuestro equipo o de nuestra empresa, sentido, aprendizaje, influencia. Y aquí hablo más de influir que demandar, porque influir es como un nivel superior, Por eso el liderazgo es una dimensión superior a la que tener un cargo, Tú empiezas a liderar el día que tu verbo influir pesa más que tu verbo mandar. Una empresa es un proyecto nacido de unos fundadores que un día, pues, deben entender que aquello ya no es el patio de su casa, que ha devenido una comunidad de personas que transitan entre un propósito y un legado, y que en el camino, pues, deben ganar dinero.

Si no cerrarán. Consolidar una empresa es consolidar una comunidad en la que la gente puede encontrar sentido a lo que hace y aprender y influir. Y una vez más, me viene a la cabeza Olivetti, que además de todo esto, le añadía belleza, sentido diseño belleza. No hay estado superior para el fundador de una empresa que el de que la gente encuentre sentido en ella. Que lo encuentren los clientes, que lo encuentren los trabajadores, y que la sociedad lo perciba como algo positivo, perciba esta empresa como algo positivo.

Una empresa consistente es un proyecto compartido, aunque haya lógicamente una propiedad y unas reglas de poder que están detrás, sin duda. Este proyecto debe ser coherente, debe estar impregnado de sentido común, debe permitir a la gente escribir su propio nombre en el proyecto, y es obvio que esto requiere generosidad. Pero, vamos a ver, ¿es que hay algo serio en la vida que no comporte generosidad? Mantener una empresa una empresa en pie es muy difícil, mucho, Lo veo cada día. Por eso admiro a las empresas que lo hacen de un modo en el que se preocupan de que la gente pueda definir el sentido de lo que aporta.

Crecer con sentido, como empresas y como personas. Crecer con sentido, como empresas y como personas. Y por eso, hay cosas que no entiendo. Yo no ignoro las las razones financieras, pero me cuesta entender que algunas empresas cuando la gente tiene a esa edad de hacer el clic, de trascender su interés, de aportar una mirada más sabia que experta, No entiendo que las prejubilen por edadismo, no lo entiendo. Las organizaciones necesitan de todo, gente que empiece con mucha hambre y muchas ganas de preparar personalmente, y gente que pueda aportar otras miradas y ponga otro calibre a los compromisos.

Las empresas necesitan Excels de buen ver, y necesitan gente que le aporte sentido a las cosas, más allá que una operación puede salir bien o puede salir mal, o más allá de que un año será mejor o peor. Es que las empresas son algo más que un negocio. Por eso deben saber combinar resultados y sentido. Prefiero a los que saben que hay que dar resultados, pero trascienden el resultadismo, Prefiero a los que piensan en legado y no solamente en el bonus. Prefiero a los que apuestan por el equilibrio entre lo que aportan y lo que reciben, y prefiero a los empresarios que saben ser generosos en medio de la atención permanente por la sostenibilidad de su empresa.

Hay que crear espacios donde la gente pueda trabajar con sentido. Las agendas no pueden rebosar solamente a reuniones, necesitan estar impregnadas de sentido, necesitamos agendas que no solo estén llenas de reuniones, tienen que estar llenas de sentido. Las empresas deben ser espacios donde encontrar sentido positivo, sentido positivo a la vida profesional en lo posible, y los profesionales deben aprender a encontrar sentido por ellos mismos, son adultos. El sentido de las cosas siempre tiene este matiz personal. 1 descubre su propio sentido en un contexto de un propósito compartido.

Sin sentido, la rutina se apodera de todo, sin sentido la burocracia sustituye a la generosidad, sin sentido los jefes ensombrecen a los líderes, sin sentido el futuro es más insípido, sin sentido el despertador chirría cada mañana y las horas pesan como lozas de una condena. Liderar es asumir la complejidad sin miedo a la incertidumbre. Es entender que lo importante es crecer haciendo crecer. El management humanista no es una teoría bonita, es una práctica exigente. Menos artificio, más autenticidad, menos procesos vacíos, más propósito real.

Este podcast existe porque en inusual sabemos que el liderazgo nos enseña, se vive. Seguimos en el próximo episodio.