Cosas que aprendemos después
Cosas que aprendemos después. Hay cosas que aprendemos después de vivirlas. No las vimos en ninguna asignatura en la universidad, ni nos las imaginábamos cuando empezamos a trabajar, ¿no? Hay cosas que las aprendes por la vida, como como por decantación, ¿no? Requieren tiempo y roce.
Xavier Marcet:Las aprendemos al hacerlas o al compartirlas. Las aprendemos de gente que habla con ejemplo, las descubrimos en los detalles. Las cosas que aprendemos después responden a una mirada que ya no quiere refugiarse solo en las tendencias al uso. Aprender después es desafiar la la obviedad, cuestionar ortodoxias. Nos tomamos con dilemas y seguramente habíamos estado solamente preparados para los problemas.
Xavier Marcet:Aprendemos después de volver a valorar los clásicos, cuando ya no necesitamos para petarnos en la primera novedad. Aprendemos porque continuamos ávidos de nueva sabiduría. Intento hacerles una lista mínima de 10 cosas que algunos aprendimos después y que ojalá le resuenen bien también su experiencia. Cosas que aprendemos después es un libro, es el título de un libro que publiqué en el año 2010. Jordi Nadal, de plataforma editorial, fue muy generoso en publicarlo.
Xavier Marcet:Era un venía de una especie de blog que yo hacía en aquel momento de varias cosas, Y, bueno, la verdad es que para mí es un libro muy querido, muy querido, Fue el primero, ya está. Yo creo que Jordi hizo una primera edición de 500 y yo le debía comprar a Jordi como 350, Bueno, por suerte los demás los demás libros se han vendido muy bien, pero le tengo mucho cariño. Y lo que he hecho es revisitar aquel libro e intentar actualizar, pues, cuáles son para mí a día de hoy las cosas que he ido aprendiendo después. Bueno, quizás, digamos, bueno, simplemente es que la vida te da otras perspectivas, ¿no? Te, bueno, pues, quizás una mirada más tamizada por por el tiempo, por por la experiencia, por el oficio.
Xavier Marcet:Venga, vamos con las 10 cosas. Primera, poco a poco aprendimos que el verdadero oficio era ser nosotros mismos, desplegarnos con un propósito que íbamos descubriendo. El verdadero oficio era intentar tener impacto, adaptarnos y aprender. Nuestra primera formación inicial era como la invitación a explorar, no era un destino definitivo. Me resuena él siempre lo he repetido varias veces, las palabras de un libro que que me impactó mucho de de Margaret Giufsenard Memorias de Adriano, ella hace decir al emperador que no hay nada más lento que el verdadero nacimiento de un hombre.
Xavier Marcet:Bueno, aprendimos que nuestro origen, nuestros estudios, nos dieron una primera identidad para ir forjando una trayectoria desde la cual intentar servir a los demás, intentar aportar algo. Cuando mi abuelo y lador o cuando mi padre, que era teórico textil, hablaban de oficio, pues lo hacían de un modo distinto, seguramente, como lo hacemos hoy nosotros. Hoy para devenir nuestro propio oficio necesitamos habitar en ecosistemas de aprendizaje. Este oficio de ser nosotros mismos necesita adaptarnos, necesita aprender, y necesita que no nos cansemos de nosotros mismos. 2, aprender que intentar abolir la paciencia en nuestras organizaciones es una solemne estupidez.
Xavier Marcet:Vivimos emborrachados de un futuro que siempre se define por una avalancha de infinita tecnología, pero no todo está llamado a ser fugaz, ni exponencial. Continúan habiendo muchas empresas que crecen razonablemente, sí, no son gacelas, tampoco son tortugas, Las vivo mucho, son empresas industriales que tienen una cadena de valor muy física, y hay cosas que requieren tiempo. Intensificar los mercados requiere tiempo. No todo se cuenta por lustros, pero hay cosas que no se pueden contar por por por meses ni por semanas, requieren tiempo. No, no, no, no todo es un pelatazo de un día para otro, ni una experiencia de una exponencialidad de estos que dicen que se tiene que crecer por 10 cada año, no.
Xavier Marcet:A veces simplemente hay que ser paciente para construir empresas sólidas capaces de competir y de innovar con solvencia. Aprendimos que no todo era fugaz. 3, aprendimos que en la vida puedes dar resultados o excusas, pero que solamente dejan huella los que dan resultados. Instalarlos en las excusas es el preámbulo de la queja, y hacer de la queja el hilo conductor de nuestra vida es la antesala de la toxicidad. Ojo con esta pendiente, ojo con esta pendiente.
Xavier Marcet:Aprendimos que a veces hay quien que intentar ganar y hasta ganar inapelablemente. Y también entendimos que había gente que era capaz de dar resultados, pero con menos sofisticación de la que nosotros considerábamos necesaria. Y cuando esta gente da resultados y no entren nuestros a priorimos, nuestros a priorimos de lo que es el management, ojo, lo que hay que hacer es pensar y no menospreciar. Poco a poco hemos ido aprendiendo a pontificar menos y a observar más. 4, aprendimos que de los memorables no te puedes olvidar.
Xavier Marcet:De los pusilánimes y de los y de los ostentosos, sí, pero nunca de los memorables. Aquellos que no solamente nos llegaban a la mente, sino aquellos que realmente nos conmovían con su ejemplo. Aprendimos a apreciar los matices y a distinguir entre expertos y sabios, entre profesores y maestros, entre jefes y líderes. 5, aprendimos que la verdadera revolución es que las cosas sean verdad, que militar en la autenticidad tiene más valor que el perfeccionismo de manual, que las organizaciones que se afilian a la superficialidad solamente sobreviven por inercia. Aprendimos que únicamente la autenticidad nos rescata de la mediocridad y un día leímos al gran Jorge Vagensberg que la mediocridad es una decisión personal.
Xavier Marcet:6, entendimos que el poder con sentido es influir positivamente de las desde las organizaciones, que el poder de hacer que las cosas pasen no requiere de la arbitrariedad del orden o mando. Que hay un poder que es más eficaz porque facilita los equilibrios entre las partes, es el poder ecualizador. Los memorables encontraron la forma de convertir el poder en un servicio. 7, aprendimos que la innovación no era tan importante, que lo importante era acercarnos al futuro. Las empresas que se sienten una comunidad innovan, quieren pervivir creando más valor para los clientes.
Xavier Marcet:En cambio, aquellas empresas que se quieren vender no innovan, solamente se acicalan, se acicalan. 8. Aprendimos que más allá de las teorías, de los gurús, de las metodologías, lo difícil es tomar decisiones entre dudas. Recuerden, la duda es el principio de la sabiduría. Aristóteles es Dixit.
Xavier Marcet:Lo difícil no es tanto la prospectiva, ni los planes, ni diseñar cambios con un PowerPoint. No, lo difícil es tomar decisiones de lo que vamos a hacer el próximo lunes, bajar el futuro a la agenda, pensando y razonando. Pensar solos y razonando en equipo, pensar es dudar, razonar es compartir dudas, y sentir el privilegio y la responsabilidad de decidir. Tener miedo, pensar, decidir. 9, aprendimos que el mundo da muchas vueltas, que digerir los éxitos es tan difícil como alcanzarlos, que 1 nunca está totalmente a salvo de la estupidez, que muchas empresas que diseñaron grandes maquinarias para generar beneficios pueden hacer muchas tonterías cuando tienen la caja llena.
Xavier Marcet:Cuando se suma la arrogancia y la liquidez en la caja, se multiplican las ocurrencias. Hay muchas personas y muchas empresas que, francamente, tenían más gracia cuando eran aspirantes. De hecho, algunas organizaciones deberían ruborizarse por su enorme autocomplacencia. Y 10, aprender a escoger bien lo que no nos dejará dormir y decidir lo que ya no nos desvelará. Cambiar de miedos, delegar cosas por las que alguien no dormirá.
Xavier Marcet:Cada momento profesional tiene sus insomnios. Cada momento profesional tiene su pasión.
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