El Podcast de Xavier Marcet

Este podcast es posible gracias a Inusual, una comunidad de líderes que no solo hablan de cambio, sino que lo practican. Porque liderar no es hablar de transformación, Porque liderar no es hablar de transformación, es atreverse a encarnarla. Soy Xavier Marcel y te doy la bienvenida a mi podcast. La soledad del manager. Hay un momento de decisión en soledad.

La complejidad ha llamado a la puerta y el timbre suena con insistencia. Imposible mirar hacia otro lado por pura responsabilidad. La complejidad no se presenta como un problema, es una mezcla, una suma de problemas y problemas. Los problemas pueden tener solución, los problemas no la tienen. Ser directivos tomar decisiones en la incertidumbre, esta es la esencia del trabajo directivo.

Si las decisiones hubiera que tomarlas esa es la total certeza, este es un trabajo que harían las máquinas que delegaríamos a las máquinas, ¿saben? La soledad es el emboutorio de la responsabilidad. Es cierto que existen los equipos, y además los equipos son fundamentales, no no no no me no no me entienden mal. No quiero proyectar trabajo directivo como el de una especie de llanero solitario, pero hay momentos de soledad. Lo he constatado, también he constatado que hay un momento de decisión que se puede contrastar con otros, pero de la que asumimos la responsabilidad sin subterjugios.

Hay un momento que hay que decir en primera persona, delegar el futuro en terceras personas,

expusilanime,

y no podemos vulgarizarnos a nosotros mismos, y ante la decisión responsable aparece la duda responsable. Los únicos que dudan son los que piensan, no dudan son los que piensan poco. Muchas veces los populistas, esos de esta versión del management populista de que esto te lo arreglo yo en 5 minutos. No, la complejidad ni debe menospreciarse ni debe paralizarnos. Gestionar la complejidad será nuestro oficio del futuro, no tengo dudas, un oficio bien compartido.

Asumir la complejidad como un privilegio, como un privilegio de servir a nuestra comunidad, esto es lo que hacemos. Y a veces este privilegio se asume en soledad. A veces hay gente que contrata coach, que algunos son buenos, otros son de humo, y a mí me parece bien, pero hay que asegurarse de que sean gente, los coach conozco algunos extraordinarios, que sean gente que que sepa preguntar, que sepa contextualizar. Esa es una tarea que requiere, pues, la vida entera. Pensar se piensa solo, soledad.

Razonar se razona en equipo, necesitamos pensar en razonar. También se puede decidir en equipo, pero aunque se decida en equipo, los líderes responsables asumen esa decisión prestada por otros o por sí mismo, como decisión propia, como una responsabilidad personal. La soledad de la última palabra se aloja en el alma. He tenido que acompañar esas soledades sin perturbar demasiado, sin invadir el pendimento estrecho de la última decisión. Cuando me toca acompañar a los directivos siempre les digo, soy la sombra de tu soledad, aquí me tienes, pero siento su soledad.

Los que no aceptan esta soledad del management, ya os podría imaginar que me viene de fábula esta novela, ¿no? La novela de Vázquez Montalbán. Los que no aceptan esa soledad del manager dejan que las cosas se precipiten sin tomar ni asumir decisiones. No deciden, no hacen, pero no pueden evitar que las cosas pasen a su modo. No, yo me fío más de los que asumen, sin proclamar liderazgos heroicos, que hay un momento de soledad, y más bien desconfío de los que se esconden en sus avatares a la hora de tomar decisiones difíciles.

La soledad de Hermanager es un viaje, no es un destino. La soledad de Hermanager es un viaje, no es un destino.

Liderar es asumir la complejidad sin miedo a la incertidumbre. Es entender que lo importante es crecer haciendo crecer. El manesmen humanista no es una teoría bonita, es una práctica exigente. Menos artificio, más autenticidad. Menos procesos vacíos, más propósito real.

Este podcast existe porque en inusual sabemos que el liderazgo nos enseña, se vive. Seguimos en el próximo episodio.