Un ramillete de coherencias
El buen management no se basa en recetas infalibles ni en verdades absolutas. Para Xavier Marcet, se apoya en algo más frágil y a la vez más decisivo: un ramillete de coherencias.
A lo largo de su historia, las empresas prueban metodologías, modas y herramientas diversas. Algunas funcionan en un contexto, con unas personas y en un momento determinado; otras, en cambio, fracasan en circunstancias parecidas. Lo que marca la diferencia no son los manuales, sino la capacidad de pensar, de aprender y de sostener una cultura que conecte con los clientes.
Marcet recuerda que, al final, todo se reduce a lo esencial: vender con margen, producir eficientemente y cobrar a tiempo. Lo demás son adornos que solo funcionan si se alinean con un conjunto de coherencias que evita caer en silos, burocracias o arrogancias.
La gran coherencia, insiste, es saber crecer sin perder el alma. Sin ella, las empresas empiezan a declinar justo cuando parecen estar en la cima.
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